La vida cristiana es el diario vivir que tenemos. Es nuestra vida cada día, cómo reflejamos el amor de Dios a los demás, cómo cultivamos ese amor en nuestras relaciones. Eso es la vida del cristiano, un corazón que actúa según el Espíritu de Dios. Pero esto no es una tarea facil, es complicada por nuestra misma naturaleza humana, por nuestra naturaleza de buscar lo malo. Cristo es nuestra salida y es en quien tenemos que poner nuestra vista y fe. Cristo es nuestra fuente de libertad. En la carta de Pablo a los Gálatas, se explica un poco la libertad en Cristo. “Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por tanto, maténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud” (Gálatas 5: 1).
Para que nuestra vida sea conforme al Espíritu de Dios debemos tener cuatro elementos esenciales en nuestras vidas. Primeramente tenemos que tener a Cristo en nuestros corazones, haberle aceptado como nuestro único y suficiente Salvador de nuestras vidas. Ese es el primer paso, hacia una vida según la voluntad de Dios. Para lograr esto debemos dejar que Cristo sea nuestra prioridad. Y que en cada decisión que tomemos, sea según la voluntad de Dios, según lo que Dios espera de nosotros. Esto nos lleva a nuestro segundo elemento.
Nuestro segundo elemento es que debemos de estar en constante aprendizaje de su Palabra. Debemos tener ese deseo y esas ansias de aprender cada día más de su Palabra, de su Escrituras. En esta semana me pareció muy interesante algo que dijo mi jefe en el almuerzo, y dijo esto: “El cristiano que no estudia la Biblia no puede saber lo que Cristo quiere para su vida, un cristiano debe estudiar la Biblia a diario.” Cuando escuché estas palabras me impactaron y me pusieron a reflexionar acerca de ese punto de vista. Y concluí que es totalmente cierto como cristianos, la Biblia es nuestra norma de fe y conducta, pero ?como vamos a saber que quiere Dios para nuestras vidas si no la excudriñamos? Hoy que estamos aquí reunidos, estamos haciendo algo muy bueno poniendo en práctica la Palabra de Dios, pero también aprendiendo de ella a traves de las Competencias Bíblicas. Debemos cultivarnos acerca de lo que Dios quiere, la Palabra es una muestra de la voluntad de nuestro Padre para con nuestra vida. Nuestra vida debe ser una ofrenda agradable a Dios, pero para saber cómo lo puede hacer, debemos entonces leer y comprender su Palabra. Para ello necesitamos del Espíritu de Dios en nuestras vidas, y dejarle tomar el control de nosotros. Y como en toda relación es necesaria la comunicación.
Nuestro tercer elemento para una vida cristiana efectiva y agradable al Señor es la oración. La oración es una parte fundamental en la vida cristiana, es la manera como nos comunicamos con nuestro Padre. Ultimamente he estado leyendo acerca de la importancia y los tipos de oración que hay. Es un tema muy interesante, que abordamos en nuestra sociedad de jóvenes y me dejó con ganas de investigar y aprender más. Investigando y leyendo aprendí mucho, primero que todo tenemos que tener bien en cuenta que la comunicación es esencial en cualquier relación, y en especial en nuestra relación con Dios. Así que saber como orar es importante, saber como orar cuando es en Acción de Gracias, cuando es una Petición, cuando es de Alabanza o cuando es de Confesión. Cuando oremos seamos sinceros y la oración debe ser nuestra primer alternativa ante la vida. Confiarle nuestras vidas a Dios, contarle lo que pensamos, sentimos y vivimos es vivir en comunión con el. Es así como el nos ayuda y guía en nuestras vidas.
Nuestro último elemento, pero no el menor es el compañerismo. El compañerismo es algo que debe nacer desde nuestro corazón. Es el amor que Cristo nos invita a tener para con nuestro prójimo. El compañerismo es una unión espiritual, es una asociación cercana creada por la experiencia común del perdón del pecado. Una relación con Dios, con el Padre celestial y con otros hermanos y hermanas. Esto que estamos haciendo hoy aqui, compartiendo de la palabra de Dios con otros hermanos y hermanas es un gran ejemplo de compañerismo. Esto es lo que tenemos que cultivar, no solo los sábados o domingos, pero cada día de la semana en donde nos encontremos, ya sea en el trabajo, en la universidad, en tu barrio y en la iglesia.
De esta libertad es la que Pablo habla en su carta a los Gálatas. En que nuestras vidas vivan según el Espíritu y no busquemos sastifacer nuestros malos deseos. Por que esos malos deseos están encontra del Espíritu y nosotros debemos de estar con el Espíritu y el Espíritu en nosotros. Y es sólo entonces cuando por naturalidad daremos nuestros frutos espirituales: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Es entonces cuando nuestra vida está conforme al Espíritu de Dios.