Cuenta una antigua leyenda que un niño que un niño que estaba por nacer, le dijo a Dios:
“Me dices que me vas a enviar mañana a la tierra. Pero ¡¿Como viviré tan pequeño e indefenso como soy?! Pero dime: aquí en el cielo, no hago mas que sonreír y cantar, ¿eso basta para ser feliz en la tierra?”
A lo que Dios le contesto:
“Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te estará esperando: ese angelito te cuidará. Tu angelito te cantará, sonreirá todos los días y tu sentirás su amor, y serás muy feliz.”
“Y ¡como entenderé cuando la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los humanos?!”
“Tu angelito te dirá las palabras mas dulces y mas tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.”
“¿Y que haré cuando quiera hablar contigo?”
“Tu angelito te juntará tus manitas y te enseñará a orar”
“He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?”
“Tu angelito te defenderá aun a costa de su propia vida”
“Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor”
“Tu angelito te hablará de mi y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.”
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo … pero ya se oían voces terrestres, y el niõ presuroso repetía suavemente:
“Dios mío si ya me voy dime su nombre, ¡¿Cómo se llama mi angelito?!”
Su nombre no importa, tu sólo le dirás…. Mamá.
——————————————————————————————————————————–
Amor, “el amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. – 1 Corintios 13: 4-7. Este debe ser el lazo que une a los miembros de una familia, el lazo que existe entre padres, hijos, primos, abuelos, etc. Pero es el motor que mueve a un ser muy importante en la vida del ser humano, nuestra madre.
El amor de una madre es incomparable, sólo lo supera el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Una madre es el ejemplo que más se asemeja al amor que Dios tiene por nosotros, pero aunque su amor es muy grande hacia su hijo, no logra llegar al nivel del amor incomparable de Dios hacia sus hijos. Pero Dios ha sido tan lindo en depositar sobre una madre, un amor que permite que haga hasta lo imposible por un hijo y eso es algo que tenemos que valorar en el diario vivir.
En la biblia encontramos muchos ejemplos del amor de las madres por sus hijos. Pero Dios nos habla a nosotros como hijos. Nos dice en Éxodo 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Es un mandamiento muy importante, un mandamiento que como hijos tenemos que cumplir cada día de nuestras vidas. A veces se nos es difícil seguir este mandamiento, porque creemos que nuestros padres son sobreprotectores, que no saben lo que hacen, entre otras cosas. Pero siempre tenemos que ser respetuosos con nuestros padres y nuestras madres (Levítico 19:3). También tenemos que aprender a valorar lo ellas hacen por nosotros. Si bien es cierto que algunas de nuestras madres no pasan mucho tiempo con nosotros por que están trabajando, ellas lo hacen para darnos una vida cómoda, así mismo hay madres que pasan en nuestras casas, haciendo los quehaceres, llevando y dirigiendo nuestro hogar. A veces me he preguntado que si no se aburren de la misma rutina todos los días, pero me he dado cuenta que no lo ven como una rutina, es simplemente ponerle amor a las cosas y a las personas que te rodean.
Como hijos tenemos que comprender algo, que nuestras madres nos aman, que quieren lo mejor para nosotros. Y nosotros como hijos no podemos hacer nada para agradecer tanto amor, mas que obedecer y amar a nuestras madres. Así que los invito a todos a que hoy comencemos o continuemos demostrando nuestro amor, nuestro aprecio por ese ser tan maravilloso que Dios nos ha dado, ese angelito que nos trajo al mundo, ese angelito que nos ha enseñado tanto, esa persona que nos ha hecho en la persona que hoy somos. Recordemos siempre que es el amor que ellas tienen por nosotros la que las guía, es el amor que Dios, el amor que nuestro padre les ha dado para con nosotros.
“Me dices que me vas a enviar mañana a la tierra. Pero ¡¿Como viviré tan pequeño e indefenso como soy?! Pero dime: aquí en el cielo, no hago mas que sonreír y cantar, ¿eso basta para ser feliz en la tierra?”
A lo que Dios le contesto:
“Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te estará esperando: ese angelito te cuidará. Tu angelito te cantará, sonreirá todos los días y tu sentirás su amor, y serás muy feliz.”
“Y ¡como entenderé cuando la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los humanos?!”
“Tu angelito te dirá las palabras mas dulces y mas tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.”
“¿Y que haré cuando quiera hablar contigo?”
“Tu angelito te juntará tus manitas y te enseñará a orar”
“He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?”
“Tu angelito te defenderá aun a costa de su propia vida”
“Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor”
“Tu angelito te hablará de mi y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.”
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo … pero ya se oían voces terrestres, y el niõ presuroso repetía suavemente:
“Dios mío si ya me voy dime su nombre, ¡¿Cómo se llama mi angelito?!”
Su nombre no importa, tu sólo le dirás…. Mamá.
——————————————————————————————————————————–
Amor, “el amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. – 1 Corintios 13: 4-7. Este debe ser el lazo que une a los miembros de una familia, el lazo que existe entre padres, hijos, primos, abuelos, etc. Pero es el motor que mueve a un ser muy importante en la vida del ser humano, nuestra madre.
El amor de una madre es incomparable, sólo lo supera el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros. Una madre es el ejemplo que más se asemeja al amor que Dios tiene por nosotros, pero aunque su amor es muy grande hacia su hijo, no logra llegar al nivel del amor incomparable de Dios hacia sus hijos. Pero Dios ha sido tan lindo en depositar sobre una madre, un amor que permite que haga hasta lo imposible por un hijo y eso es algo que tenemos que valorar en el diario vivir.
En la biblia encontramos muchos ejemplos del amor de las madres por sus hijos. Pero Dios nos habla a nosotros como hijos. Nos dice en Éxodo 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Es un mandamiento muy importante, un mandamiento que como hijos tenemos que cumplir cada día de nuestras vidas. A veces se nos es difícil seguir este mandamiento, porque creemos que nuestros padres son sobreprotectores, que no saben lo que hacen, entre otras cosas. Pero siempre tenemos que ser respetuosos con nuestros padres y nuestras madres (Levítico 19:3). También tenemos que aprender a valorar lo ellas hacen por nosotros. Si bien es cierto que algunas de nuestras madres no pasan mucho tiempo con nosotros por que están trabajando, ellas lo hacen para darnos una vida cómoda, así mismo hay madres que pasan en nuestras casas, haciendo los quehaceres, llevando y dirigiendo nuestro hogar. A veces me he preguntado que si no se aburren de la misma rutina todos los días, pero me he dado cuenta que no lo ven como una rutina, es simplemente ponerle amor a las cosas y a las personas que te rodean.
Como hijos tenemos que comprender algo, que nuestras madres nos aman, que quieren lo mejor para nosotros. Y nosotros como hijos no podemos hacer nada para agradecer tanto amor, mas que obedecer y amar a nuestras madres. Así que los invito a todos a que hoy comencemos o continuemos demostrando nuestro amor, nuestro aprecio por ese ser tan maravilloso que Dios nos ha dado, ese angelito que nos trajo al mundo, ese angelito que nos ha enseñado tanto, esa persona que nos ha hecho en la persona que hoy somos. Recordemos siempre que es el amor que ellas tienen por nosotros la que las guía, es el amor que Dios, el amor que nuestro padre les ha dado para con nosotros.